domingo, 26 de noviembre de 2023

19. “EL AMOR A JESÚS ES ESENCIAL PARA EL SERVICIO”

Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Él le dijo: Apacienta mis corderos. (Juan 21:15).

En el libro de los Hechos se menciona poco la última parte del ministerio del apóstol Pedro... A medida que el número de los creyentes se multiplicaba en Jerusalén y en otros lugares visitados por los mensajeros de la cruz, los talentos que poseía Pedro resultaron de incalculable valor para la iglesia primitiva. 

La influencia de su testimonio concerniente a Jesús de Nazaret se difundió ampliamente. Sobre él descansaba una doble responsabilidad. Daba un testimonio positivo acerca del Mesías ante los incrédulos, trabajando fervientemente en favor de su conversión; y al mismo tiempo realizaba una obra especial en favor de los creyentes, fortaleciéndolos en la fe de Cristo.

Sólo Después De Haber Sido Inducido A Negarse A Sí Mismo Y A Depender Plenamente Del Poder Divino, pudo recibir Pedro su llamamiento para trabajar como subpastor. Cristo le había dicho antes que lo negara: "Y tú, una vez vuelto [convertido], confirma a tus hermanos" (Lucas 22:32). 

Estas palabras indicaban la obra amplia y eficaz que este apóstol debía hacer en lo futuro en favor de los que aceptaran la fe.

Su Experiencia Personal Con El Pecado, El Sufrimiento Y El Arrepentimiento, lo habían preparado para esa obra. Sólo después de conocer cuáles eran sus debilidades, pudo reconocer la necesidad que el creyente tiene de depender de Cristo.

 En Medio De La Tormenta De La Tentación había llegado a comprender que el hombre solamente puede caminar seguro cuando pierde toda confianza en sí mismo y la deposita en el Salvador...

Cristo mencionó a Pedro sólo una condición de servicio: "¿Me amas?" Esa es la calificación esencial... El amor de Cristo no es un sentimiento intermitente, sino un principio viviente, que se manifestará como un poder permanente en el corazón...

La manera en que el Salvador trató a Pedro contenía una lección para él y sus hermanos. Aunque Pedro había negado a su Señor, el amor que Jesús tenía por él nunca vaciló.

Y al aceptar el apóstol la responsabilidad de ministrar la Palabra a otros, debía reprender al transgresor con paciencia, simpatía y amor perdonador. Al Recordar su propia debilidad y fracaso, debía tratar a las ovejas y los corderos encomendados a su cuidado con tanta ternura como Cristo lo había tratado a él...

Siempre exaltó a Jesús de Nazaret como la esperanza de Israel y el Salvador de la humanidad. Impuso a su propia vida la disciplina del Obrero maestro. Por todos los medios a su alcance procuró educar a los creyentes para el servicio activo. Los hechos de los apóstoles, págs. 424-426. RJ337/EGW/MHP 338

AUDIO. https://www.youtube.com/watch?v=-GUnHX0kytY&list=PLtrFh-HO7ogBj4nqf1_gfHDnO7JHVPTor&index=27&pp=gAQBiAQBsAQB


 

domingo, 12 de noviembre de 2023

18. “HABLAR DE JESÚS Y REFLEJAR EL GOZO DE SER CRISTIANO”

Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo... el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. (2 Corintios 1:2,4).

Si Nuestro Pueblo No Disfruta De Mucho Trabajo Ministerial, es de la mayor importancia que se coloquen... en una recta relación con Dios, de modo que puedan recibir sus bendiciones y llegar a ser canales de luz para otros.

La Frase “Obra Misionera” incluye mucho más de lo que se supone comúnmente. Cada verdadero seguidor de Cristo es un misionero, y hay casi una infinita variedad de formas en las cuales trabajar.

Pero hay algo que con frecuencia se pasa por alto y se descuida: la obra de hacer las reuniones de oración y testimonios tan interesantes como debieran ser.

Si todos cumplieran su deber con fidelidad, estarían tan llenos de paz, fe, valor, y tendrían tales experiencias para relatar en las reuniones, que otros quedarían refrescados por su claro y fuerte testimonio en favor de Dios.

Nuestras reuniones de oración y testimonios no son lo que deberían ser: momentos de ayuda especial y de ánimo de unos para los otros.

Cada uno tiene un deber que cumplir para hacer esas reuniones tan interesantes y provechosas como sea posible.

Esto puede ser hecho mejor al tener una experiencia renovada diariamente en las cosas de Dios, y no vacilando en hablar de su amor en las asambleas de sus santos.

Si no permiten que las tinieblas y la incredulidad entren en su corazón, no se manifestará en las reuniones.

No le den satisfacción al enemigo espaciándose en los lados sombríos de su experiencia, sino confíen en Jesús más plenamente para que les dé ayuda para resistir la tentación.

Si pensáramos y habláramos más de Jesús y menos de nosotros mismos, tendríamos mucho más de su presencia en nuestras reuniones.

Cuando hacemos que nuestra experiencia cristiana le parezca a los no creyentes, o al uno con el otro, como una experiencia lúgubre, llena de pruebas, dudas y perplejidades, deshonramos a Dios; no representamos correctamente a Jesús o la fe cristiana.

Tenemos un amigo en Jesús, que nos ha dado la evidencia más palpable de su amor, y que puede y está dispuesto a dar vida y salvación a todos los que acuden a él...

No es necesario para nosotros estar siempre tropezando y arrepintiéndonos y describiendo cosas amargas contra nosotros.

Es nuestro privilegio creer las promesas de la Palabra de Dios, y aceptar las bendiciones que Jesús desea impartir, para que nuestro gozo sea pleno.

The Review and Herald, 20 de julio de 1886. [325]

AUDIO. https://www.youtube.com/watch?v=0-iDrAniLSM&list=PLVsLdOIe7sVs8veNpQDcyg8LJTKtUs9Nj&index=13&pp=gAQBiAQBsAQB